martes, 2 de julio de 2013

La Real Ordenanza de Intendentes: reforzar la centralización

Una de las reformas más caraterísticas del régimen borbónico fue la creación de intendencias. Esta institución procuraba dotar a los dominios ultramarinos de una administración gubernamental subordinada directamente a la monarquía.
La real Ordenanza de Intendentes fue promulgada por Carlos III en 1782. A partir de entonces, los vastos territorios de los virreinatos, capitanías generales y demás territorios jurisdiccionales, quedaban divididos en nuevas entidades políticas denominadas intendencias.
A través del régimen de intendencias se procuró efectivizar una mayor centralización administrativa. Los intendentes (nombrados directamente por el rey) constituían el nexo de unión entre los organismos de gobierno residentes en España (Rey Despacho Universal), y los intereses de las intendencias.
El régimen de intendencias, al centralizar el poder administrativo, conspiró contra el poder de los cabildos como órganos de expresión de las cuidades. Sin embargo, el nuevo sistema aseguró una mayor recaudación impositiva y desplazó a los corregidores indios.

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